El equipo de Manolo Jiménez rompió el gafe
que parecía tener esta temporada en su estadio, donde sólo había
logrado un triunfo, mientras que el conjunto sevillano volvió a
evidenciar que lejos del Sánchez Pizjuán no funciona igual que en él y
que sólo en el tramo final del encuentro apretó a su rival y tuvo alguna
opción para haber empatado la contienda.
El equipo andaluz se hizo con el dominio del esférico al
inicio del encuentro ante un conjunto local que estaba bien plantado
pero que no era capaz de recuperar el balón. La consecuencia era que
aunque el equipo de Michel llevaba el ritmo que más le convenía no encontraba ningún hueco para crear peligro.
A partir de los quince minutos el juego se equilibró porque los locales
variaron la situación y alternaron la posesión con su oponente.
El Sevilla tuvo una ocasión inmejorable para haber abierto
el marcador en el minuto 27 tras un mal pase de Movilla que acabó en los
pies de Negredo quien, sólo ante Roberto, disparó fuera cuando tenía
todas las ventajas para haber marcado. El Real Zaragoza reaccionó a
partir de esta jugada y obligó a intervenir con acierto al meta
sevillista Palop en dos ocasiones prácticamente consecutivas al filo de
la media hora.
Cuando parecía que el primer periodo se encaminaba a terminar como había empezado, el chileno Medel emuló el error de Movilla, pero en esta ocasión el resultado fue nefasto para los intereses de su equipo porque el portugués Postiga no erró y, tras driblar al cancerbero del conjunto andaluz, abrió el marcador.
Otro error, en este caso en la marca, propició el segundo gol maño ya que el rumano Sapunaru remató de cabeza totalmente solo, en el minuto 45, una falta sacada por Apoño.
Tras el descanso los andaluces no mejoraron porque todavía
parecían bajo los efectos de los tantos locales. El Zaragoza presionaba
bien y su rival tenía problemas para acercarse a su portería, pero esta
dinámica varió a raíz del tanto del equipo sevillano en el minuto 70 obra de Medel, que aprovechó un rechace de la zaga local tras una gran ocasión de Diawara.
Al equipo aragonés, que había jugado muy tranquilo,
comenzaron a pesarle los nervios mientras el Sevilla metía una marcha
más y comenzaba a dar sensación de peligro. Diawara, en el minuto 81,
pudo haber igualado la contienda tras romper un intento de la zaga
zaragozana de hacer el fuera de juego, pero entre el meta Roberto y
Alvaro consiguieron conjurar el peligro.
Los últimos minutos fueron de taquicardia, con un Zaragoza atenazado por la tensión y que cometió muchas pérdidas de balón, ante un Sevilla en busca de la igualada pero que no tuvo precisión.
NOS VEMOS EL JUEVES ANTE EL ESPAÑOL.
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