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domingo, 22 de mayo de 2011


Se acabó. Diez meses de sufrimiento que terminan con un resumen de lo que fue la temporada. El equipo demostró lo que puede ser pero acabó dándose de bruces con la realidad y sufriendo hasta el último minuto por un quinto puesto que sabe a gloria. La defensa volvió a demostrar que no está para nada. Que Sergio Sánchez está desenchufado y que Escudé no puede salir a flote ante tanto desconcierto. Más arriba vimos a Romaric y Medel demasiado nerviosos, sobre todo al africano, quizá sabedor de que se jugaba su futuro en noventa minutos. No merece seguir sin duda, pero quizá no se lo haya ganado hoy sino antes. Analizando las bandas, dos jugadores de futuro que ilusionan al próximo Sevilla. En una banda un gran Alfaro que deja con el culete al aire a Manzano, que lo ha vilipendiado durante toda la temporada. Y en la izquierda, un Luis Alberto que fue el del Sevilla Atlético, el que pone el balón donde quiere, encima y se atreve con lo que sea. No ha podido dar mejor carta de presentación para lo que está por venir. Y en la punta del ataque me quito el sombrero con dos jugadores de sobresaliente y uno de ellos a beatificar. Negredo ha firmado dos golazos que le convierten en el premio Zarra de la temporada por sus 20 goles, insuperables para cualquier otro jugador nacional de la Liga. Y a su lado, un Kanouté que no puede decir adiós a este equipo. Tras enterrar ayer a su padre, hoy ha dicho aquí estoy yo, ha jugado noventa minutos y ha hecho un gol. Sería una guinda perfecta para sus años de sevillista, pero no puede serlo. Aun jugando cojo tiene que seguir siendo el 12 del Sevilla Fútbol Club.

Las cosas, como en Pamplona, empezaron bien. Nada más arrancar, pase de Alfaro para Negredo y golazo del vallecano que respondía a un muy optimista inicio del Sevilla, que sabía que tenía que apretar al principio porque de físico andan muy cortos. El partido era del Sevilla, gracias a la apertura a bandas con Alfarito y Luis Alberto, que se puso el traje de jugador de Primera y nadie pudo decir que eran sus primeros minutos como titular en la élite. Intentó incluso la cola de vaca que ya le saliera en el gol del año en Segunda B, ante el San Roque, pero esta vez rebotó en el defensa, demostrando aún así que no tiene miedo de nada. Pero lógicamente, el Espanyol aun sin jugarse nada tenía que dar la cara por los suyos. Y lo que fue un dominio claro del Sevilla en los primeros minutos se convirtió en igualdad conforme avanzaba la primera mitad. Incluso se pidió gol de Iván Alonso en un balón que Medel sacó bajo palos, pero Undiano dijo que nanai de la China.

Ya se daba por buena la ventaja mínima al descanso, hasta que apareció de nuevo Luis Alberto desde el pico del área, para recibir una pared y meterse en diagonal hacia la portería de Cristian Álvarez. Allí, muy encimado por el defensa, la puso con clase para Kanouté, que sólo tuvo que empujar a puerta vacía para poner el segundo. Me dicen que el gigante ha llorado al celebrar el tanto. No es para menos. Su profesionalidad es un referente para la plantilla y por eso no puede quedar aquí su participación con el Sevilla. Ya en la segunda parte, la clave estaba en aguantar al menos quince minutos para desmotivar a los pericos, pero faltaba por aparecer la tan recurrente precariedad defensiva que tanta mella hace en éste nuestro equipo. Un balón centrado y colocado entre ambos centrales, provocó la confusión de Sergio Sánchez para que Osvaldo anotara ante Javi Varas y devolviera la incertidumbre al partido.

El Sevilla ya no llegaba tanto y sólo lo intentó Luis Alberto, con un buen disparo raso que acabó en corner. Como en Pamplona, se palpaba el empate, pero lo evitó Negredo con otro golazo más, el número 20, tras empalmarla de manera inverosímil y devolver la tranquilidad por momentos. Ahora el Espanyol estaba grogui y lo que había que hacer era matarlo, pero las piernas sevillistas ya no carburaban. Renato sustituyó a Luis Alberto y el equipo fue reculando hasta que Verdú, en un nuevo show defensivo, ponía el 2-3 con veinte minutos por delante. Se olía lo peor, pero por una vez salió cara y el equipo aguantó hasta el 93, momento en el que Undiano Mallenco decretó el final de la liga con el final más feliz posible dentro de lo que tenemos. Europa League con sólo una ronda previa a los grupos, como todo hijo de vecino. El Deportivo, no hace tanto, el SuperDepor, nos deja tras convertirse el Valencia en su verdugo, aunque los de Emery nada se jugaban. No cabe duda que los gallegos volverán muy pronto porque La Coruña es de Primera. El Sevilla volverá en agosto, seguro que con más buenas vibraciones que las que acumulaba hasta ahora, aunque el final fue dulce. Adiós Manzano.

1 comentario:

Anónimo dijo...

joe,con el articulo del redactor me he quedao hasta sin ganas de escribir ya,te has quedao a gusto,no?
Estoy de acuerdo en casi todo,y digo casi porque no se por qué pero me gusta Romaric,y no fisicamente precisamente,no te vayas a equivocar.
Para mi amigo Miguel"coripeño",ves lo que te dije de Luis Alberto?
Un pedazo de jugador.
En fin,a ver si mi presi me hace un equipo ilusionante para la proxima temporada y si nó,me da igual,voy a seguir siendo mas sevillista todavia.
Y menos mal que no tenia ganas de escribir que si no...
SALUDOS A MI GENTE DE LA PEÑA,UN ABRAZO.

FRANTRIANA